13 diciembre 2005

Perdón... adiós... Perdón

Hoy quiero hablar un poco del perdón.
Parece que antes ya hemos hablado de eso, pero yo ahora quiero hablar no de lo que soy capaz de perdonar, sino en si merezco ser perdonada.
Creo haber reconocido que me equivoqué. Y antes, en la conversa nocturna por telefono, tambien te lo dije, y me dijiste que no podias perdonar o disculpar algo que, en primer lugar, no te habían pedido, y en segundo lugar, no tenías nada que perdonar.
Entonces, me pregunto, si erré, reconozco que erré, pido excusas, y no se me da la chance...¿ de qué soy merecedora?, no creo haberla cagado tanto como para que sufra las consecuencias que se me endilgan.
Tampoco sabia que debía pedir expresamente perdón por una idiotez. (recuerdo las innumerables veces que me han maltratado y que he perdonado sin que me lo pidieran, además ni siquiera se me han dado excusas, solo un par de veces se me ha hecho ver que he sido yo quien ha buscado la humillación gratuitamente por no comportarme de acuerdo a lo establecido con anterioridad)
El perdón le ayuda a uno a dejar ir. Y yo en eso ya soy experta.
Todo eso de lo que tu me hablas, del tiempo, de las desisiones correctas en los momentos correctos... ya soy experta.
No olvides que ya he vivido eso alguna vez.
Y por lo tanto ya conozco de mis tiempos ( los tiempos que necesito para estar bien) y sé perfectamente que puedo superar cualquier pena a la que me enfrente la vida, especialmente las pérdidas (las he tenido de todo tipo: he debido enfrentar la muerte de seres queridos cercanos (hijo, madre), he superado el trauma del aborto, o de la violación, he enfrentado el duelo del divorcio indeseado, he enfrentado en más de una oportunidad la traición del ser amado y conozco ese dolor a fondo. He sufrido la violencia psicológica y también la física, de manera que ya hay pocas cosas que puedan hacerme tambalear. Incluso pérdidas más simples (aunque no menos dolorosas) como que mi hija mayor no viva conmigo y esté a tantos km, o como que las chicas tengan que tomar vaca separadas de mi...) a todo eso le busco el lado positivo para mi, de manera que no me quede sentada sufriendo y mejor sigo adelante.. la vida que elgí la elegí dolorosa. Y en esos dolores siempre hay algo de felicidad.
No mi amor, no es nuevo para mi el dolor. Ni como se va desarrollando, ni como se debe enfrentarlo. Lo sé. Y sé que aunque este ha sido el más grande amor que he sentido, sobreviviré a la ruptura (si la hay), a la lejanía, a la ausencia.
Siempre me lo digo, (y capaz que sea un presentimiento o una premonicion) y si he de sobrevivir a este amor será con la frente en alto, sin derramar lágrimas públicamente, sin andar dando lástima por la vida, DIGNAMENTE: lo que se me había quedado escondido por ahi en algún lugar de mi mente. (entendiendo que dignidad es lo que uno merece o no merece)
Decir adiós no va a matarme. Y mis adioses son definitivos. Tal vez me cuesta decirlos, pero cuando los digo zaz! ya no hay vuelta atrás. Para mi no existe eso de darse un tiempo. No creo en ello y menos aún a mi edad y con mi experiencia.
Como también soy poco paciente (aunque reconozco que en esta relacion he aprendido a ser muchisimo mas paciente), prefiero las inyecciones rápidamente y sin historias... lo que ha de doler que duela ya. Para empezar cuanto antes a curar las heridas y los dolores desde el fondo.
En todo caso, amigui, la premura de mis pasos no depende enteramente de mi. Todavia hay espacio en mi corazón a la esperanza de la reconciliación, en base a la firmeza del amor, en base al reconocimiento de los errores, y en base a la voluntad de enmendar. Creo en la recosntrucción y sobre todo creo en el perdón, que cuando lo hay verdadero, el bálsamo de alivio y a veces de alegría, es agradecido hasta el infinito.

En mi corazón no hay rencor. Y las faltas de las he sido objeto están más que perdonadas(algunas incluso olvidadas..) Y las faltas de las que se me acusa, como no son enteramente veraces, y han sido envueltas en un manto de desconfianza inmerecido, se han hecho invisibles a los ojos de mi conciencia.. me siento inocente, y como tal, me siento ofendida por la acusacion.

La rabia, ya se ha ido. Y la cabeza a estado fría siempre. (excepto en algunos momentos en que se calienta todo...incluso la cabecilla). Es eso, el ardor que me provocas lo que hace que me inmovilice para poder pensar y no equivocarme... porque cuando estás en mi, sobre mi, bajo de mi; cuando tus tenues movimientos pelvíticos me conectan con la infinitud de mi amor, cuando veo en tus ojos libídines la emoción, entonces creo que nada es tan terrible y con paciencia (esa misma paciencia que tienes con mi impulsividad) lo nuestro va de mejor a mejor y mejor y mejor...

salud por la fe
rox

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Sin Inteligencia emocional. mona por naturaleza.