NIMIEDADES

Tomo aire. Respiro profundo y cuento hasta tres.

Es difícil ahogar la rabia que producen tus reacciones. Nimiedades. Que si no fuera por tu afán de molestarme, serían sólo eso: nimiedades.

Se me revuelve el estómago y me muerdo la lengua para no mandarte a la cresta e irme dándote un portazo...

Y luego, como por arte de magia, percibo tu olor (ese que me calienta) y no puedo seguir sintiendo la ira. La misma se transforma y comienzo a sentir ternura y unas ganas locas de darte un beso. O mejor: dos besos.

Entonces un pensamiento se me cruza e inunda mi mente. Es un pensamiento mezclado con emoción: Te Amo. Esa es mi única verdad, y en realidad lo único que cuenta.

ME LO PASO PENSANDO EN TI. Observándote a hurtadillas. Recordando tu sabor, tu olor, la suavidad de tu piel, tu agitación entre mis brazos y la humedad que se desprende de ti... mi cuerpo reacciona y el deseo palpita entre mis piernas...

Me lavanto y me acerco a ti. El corazón me late a mil por hora. Rozo tu piel, cálida y suave y aspiro profundamente tu aire para que no se me escape ni una partícula de lo que ya estuvo en ti. Y con un suspiro pienso en cuanto te amo...

Un bolero para ti, mi amor, porque soy a la antigua... te amo para siempre
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